Downforce es un juego de reglas sencillas y eso en mi mesa es un punto a favor para sacarlo a menudo. Me gustan juegos más densos pero nunca diría que no a un Azul, un Pradera, un Five Tribes o un Clanck!
La producción es un ejemplo del que tendrían que beber otros monstruos de la lista de la BGG. Coches preciosos, cartas de calidad, tablero doble de buen grosor y a un precio muy asequible.
En cuanto al número apropiado de jugadores, yo lo he jugado a 2, a 3 y a 4. Escala muy bien. No sé si a 6 no será un pozo de desesperación si tu automóvil se queda en un tapón en una chicane o si te quedas sin combustible (cartas de tu color) y esperas a que los demás te metan en el podio.
La rejugabilidad es alta, sobre todo si le añadimos los tableros dobles de las expansiones, Riesgo Extremo y Wild Ride. Esta última se puede encontrar en inglés, Devir no la ha editado. Aquí hay obstáculos y rampas de salto en 3D.
Se pueden jugar varias partidas, encadenando circuitos diferentes en un Gran Premio de tu casa.
A la hora de jugar, en la subasta hay que tener en cuenta el color con mayores valores para pujar, pero la habilidad también es importantísima según el circuito que juguemos.
Sopesaremos cuánto estamos dispuestos a pagar por los coches en subasta y por quién apostar. Hay muchas sorpresas al final, un jugador puede ganar con un solo coche que le ha salido tirado de precio, gracias a las apuestas.
En Downforce no hay silencio. Todo es alboroto y emoción, en mi grupo de juego, rolear nos sale de manera natural. Jugar la carta de velocidad 8 en el momento oportuno dejando a todos atrás es un subidón.
Tengo un amigo que lleva casi 1.500 partidas en BGA. Espero que algún día podamos disfrutar de este Downforce en persona… y juguemos como niños.
En mi vida lúdica he pasado por muchos juegos con mayor o menor fortuna. Recordaba un juego de carreras que tenía un amigo (los circuitos y los coches eran igualitos a estos). tardes de una partida tras otra, con la emoción y el pique de las carreras de Fórmula 1. Pique insano como se juega siendo niño. Al ver este Downforce pensé que sería el mismo juego o quizás una reedición actualizada de aquel. Esto de la nostalgia muchas veces lleva a la decepción, ahí está el Imperio Cobra que también compré y descansa en el fondo del armario junto a las facturas archivadas. Como escribió el poeta, al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.
Pero en este caso me encontré con un juego ágil, corto y con interacción de la buena. No me defraudó en absoluto. Dadle un tiento.