Vamos a ello, London en su segunda edición en la que ha perdido su mapa, es un juego muy entretenido. Yo lo he jugado a dos la mayoría de las veces y nos ha tenido enganchados desde la primera partida que jugamos. Por qué? vamos a verlo.
Lo primero a destacar es que aunque su manual no es complicado y lo puede jugar cualquiera con un mínimo de experiencia en este mundillo, tiene dos cosas que te agarran en las tripas.
Por una parte, está el desarrollo de tu ciudad, no es difícil, vas robando cartas, amplías tu ciudad, compras distritos, vas activando para ganar recursos y puntos de prestigio, gestionas el dinero y ya está. Esta parte es muy satisfactoria.
Pero ahí viene la segunda parte, el dinero no crece de los árboles y hay que gastarlo con cabeza y por otra parte, está la pobreza, que crece y crece cada vez que activas y sabes que al final de la partida todo el trabajo que has planificado sumando puntos se puede perder en el recuento final. Esto añade una tensión durante toda la partida que es lo que te hace sudar.
Durante todo el juego tendremos que tener un ojo en cuánta pobreza tienen acumulada los demás, lo importante, como ya hemos dicho, no es la cantidad de cubitos negros que tengas sino que la diferencia con el que menos tenga no se nos dispare. Esto hace que en el último turno pueda haber sorpresas, que el que iba por delante de ti en desempleo juegue un turno planificado para bajarse una importante cantidad de pobreza y te quedes vendido delante de los caballos.
También hay que tener cuenta qué cartas llevar al tablero central porque los demás las aprovecharán sin dudarlo. Hay veces, que no juegas una carta buena por no descartar otra que les beneficia a los demás.
El tema de los préstamos es una herramienta a tomar en cuenta en momentos que viene bien la compra de terrenos, pero hay que hacer dinero rápidamente, si no será una pérdida de puntos importante.
Como punto negativo, remarcar que el tipo de letra de las cartas es muy bonito, pero minúsculo y no se destaca del fondo. Las cartas en la mano se ven bien pero en el mercado se sufre para distinguirlas.
En definitiva, London es un juego que aprieta desde el segundo turno, no te puedes quedar dormido en ningún momento.
En mi casa lo piden a menudo y lo disfrutamos como niños.