Llegados a este punto, valoremos Ringmaster ¡Pasen y vean! un juego de cartas con mucha aleatoriedad y en el cual deberás adaptarte a las condiciones que te marca el juego para poder conseguir la victoria.
El material del juego es de muy buena calidad, destacando para mi gusto el arte de las ilustraciones. El tema escogido le va que ni pintado al juego y me parece un acierto.
La interacción del juego es bastante elevada y creo que incluso es su mayor atractivo. El poder jugar cartas que le eliminen toda la estrategia a tu rival, a mi personalmente me encanta. Si en tu caso prefieres estar tu solo sin que nadie te moleste, no es tu juego. Si por el contrario el poder reírte un poquito de tu rival mientras ves como todo por lo que había trabajado se va al garete, adelante con el jejeje. Luego cuando te eliminen una carta de tu zona no te quedará más remedio que «apechuscar».
Si hablamos un poco del azar del juego, existe y a veces no te dejará hacer muchas cosas. Sería un problema si el juego fuera de + de 30 minutos por partida. Con más de 50 partidas jugadas, solo en una ocasión tuve la mala suerte de coger 3 cartas iniciales sin muchas posibilidades y una cuarta que me dejaba vendido y el rival 3 muy buenas cartas. Se jugo la partida en menos de 2 minutos, se perdió con dignidad y a por la revancha. En el resto de partidas fueron mucho más determinantes en la consecución de la victoria, las decisiones tomadas con las cartas que el azar del juego.
Considerando todas estas cosas, nos encontramos con Ringmaster un filler de solo 34 cartas y caja pequeña en el que tendremos que tomar más decisiones de las que creemos y que por lo tanto se convierte en un imprescindible de los viajes.