Llegado a este punto debo decir que, a pesar del parecer de la gente, a mi este juego me ha encantado. Es un juego de mayorías, muy bien hilado como es habitual en los juegos de Stefan Feld.
Puede parecer muy sencillo a simple vista, pero debes tener las ideas muy claras y saber en todo momento, cuando debes ir a por unas cosas u otras, si intentas abarcar mucho, el juego te castigará sin piedad, como la vida misma. Un juego muy equilibrado que no tiene una única estrategia ganadora. E incluso podrás varíar la misma a mitad de la partida, por lo que es difícil quedarse descolgado del juego en las primeras rondas.
Un juego muy entretenido que no solo está genial para ir aumentando la dificultad de los neófitos, sino que también quemará un par de neuronas de los mas experimentados jugones. Gracias a su buen escalado, se puede jugar muy bien hasta los 5 jugadores que permite el juego.
Juego fácil de sacar a mesa por su corta explicación y recordatorio de reglas, que te hará sacar lo peor del noble que llevas dentro. Sólo uno podrá sentarse en la mesa del Doge esta noche.